El Desafío de Ser Mujer

Ante la desesperación de estar en una nueva relación agonizante –la tercera-, no me quedó más remedio que revisar con los ojos deshidratados y la voluntad hecha añicos, la cadena de acontecimientos que se fueron hilvanando y me orillaron a llegar a este estado. Este doloroso ejercicio me dejó horrorizada, mi ego kilométrico terminó en insignificantes milímetros, al darme cuenta que: era incapaz de poner límites. Las pesadillas se repitieron una y otra vez… ¡y yo sin darme cuenta! Sacrifiqué mi espacio personal para compartirlo TODO. Mi computadora, celular y mail pasaron a ser de dominio comunitario, porque no teníamos secretos…siempre preferí salir con ellos que sola. Mis horas laborales se volvieron poco efectivas, y las reuniones con mis amigos fraccionadas, al contestar la diaria peregrinación de sus llamadas . Mi autosuficiencia contribuyó enormemente a ser la proveedora natural de las relaciones: de conocimiento, de decisiones, de planes, de estabili

Por: Lizbeth Escárcega – Psicóloga Social, Especialista en Intervención en Crisis. Para quienes convivimos y estamos cerca de chicas con edades entre los veintes y los treinta, es probable que tengamos que escuchar con frecuencia una frase que aparenta ser una declaración de incapacidad “Ya no hay hombres”, producto de no encontrar al hombre idóneo para sostener una relación “formal”. Indagando en esta compleja situación, me di a la tarea de hacer un poco de investigación y pude obtener los siguientes datos: * A los 35 años, el 24.4% de los hombres no se ha casado legalmente, pero solo el 10.5% de ellos es soltero sin compromiso. * 5 de cada 6 hombres divorciados de esa edad, se vuelven a casar, pero con mujeres 9 años más jóvenes que ellos en promedio. * El Instituto Nacional de la Juventud considera población joven hasta los 29 años * Hay más televidentes entre 18 y 39 años viendo Cartoon Network que CNN Con estos interesantes datos, podemos hacer unas cuantas conclusiones para dism

Las mujeres cercanas a los treinta años, nos hemos encontrado más de una vez, hablando con las amigas cercanas de: “lo difícil de encontrar un buen partido”, “la última depre”, “lo mal que nos sentimos después de una desenfrenada noche de pasión”, “la reciente cita a ciegas que te arregló tu familia”, “lo exigente y controladora que te vas volviendo con los años”, “el estrés de cumplir con las responsabilidades en casa, además de hacerlo en el trabajo”, “lo confundida que estás, porque sientes que no has hecho nada en la vida”. Existe tanta confusión, presión social y familiar por lo que “ debería ” ser nuestra vida “adulta” que, por ansiedad y frustración, terminamos tomando decisiones desesperadas, especialmente en nuestra vida sentimental: eligiendo parejas disfuncionales, dominantes o bien de bajo perfil para llenar el “vacío”. Esta toma de decisiones y la clara definición de lo que QUEREMOS (no “Tenemos que”) hacer en relación a nuestra sexualidad, pareja, matrimonio, familia, h